¿EN SERIO?
El cambio climático es un problema global y requiere que todos hagamos grandes sacrificios para mitigarlo. Entonces, sí, se te perdona por leer tales artículos con optimismo, creyendo que el derretimiento de hielo extenso realmente puede beneficiar a nuestro querido oso polar.
Sin embargo, ¿qué sucede si dichos artículos no están viendo la imagen completa y si el hielo marino es más importante de lo que le estamos dando crédito? Tanto las focas como las ballenas comen criaturas que obtienen su energía del zooplancton, que a su vez se alimenta de las algas en el hielo marino. Una de las comidas favoritas del oso polar, la foca anillada, se alimenta de una variedad de pescados y camarones que comen el plancton que come algas. De hecho, más del 70 por ciento de la dieta de los osos polares se remonta a las algas que crecen en el hielo marino (según una investigación publicada en 2018 en la revista PLoS ONE).
Por lo tanto, simplemente: menos hielo marino significa menos hábitat, no solo para los osos polares sino también para los microorganismos del hielo marino que forman una gran parte de la base de la cadena alimentaria del oso. Si bien a los osos polares inicialmente les encanta poder acceder fácilmente a una de sus comidas favoritas, las focas, ciertamente no lo apreciarán cuando la población de focas disminuya debido a la falla de la cadena alimentaria.
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